Sostenidos por lo que contemplamos

Bienvenidos al tercer episodio de nuestra serie "Contemplando a Jesús" de Iglesia Theopolis. En esta entrega, exploraremos cómo aquello que contemplamos no solo nos forma, sino que también nos sostiene en tiempos de adversidad.

Pensamiento central: "A donde dirijas tu atención (lo que contemplas) puede ser el cimiento de paz perfecta que te sostiene en medio de la adversidad o la arena que cede ante la tormenta produciendo ansiedad."

Este pensamiento encuentra su fundamento en dos pasajes bíblicos clave:
"¡Tú guardarás en perfecta paz a todos los que confían en ti, a todos los que concentran en ti sus pensamientos! Confíen siempre en el Señor, porque el Señor Dios es la Roca eterna." - Isaías 26:3-4 (NTV)

"Todo el que escucha mi enseñanza y la sigue es sabio, como la persona que construye su casa sobre una roca sólida. Aunque llueva a cántaros y suban las aguas de la inundación y los vientos golpeen contra esa casa, no se vendrá abajo porque está construida sobre un lecho de roca." - Mateo 7:24-25 (NTV)

1. Escuchar activamente vs. escuchar pasivamente
La verdadera contemplación de Jesús no es un ejercicio pasivo, sino un compromiso activo que involucra nuestra mente, corazón y acciones.

Pensamiento clave: "La verdadera sabiduría se encuentra en una contemplación que lleva a la obediencia."

La palabra hebrea "shema" significa tanto "escuchar" como "obedecer". Esta conexión lingüística refleja una comprensión profunda de que la verdadera escucha siempre lleva a la acción. Somos sostenidos no solo por lo que pensamos acerca de Jesús, sino por cómo permitimos que Sus enseñanzas moldeen activamente nuestra vida a través de la obediencia.

2. Profundidad vs. superficialidad
Así como un edificio necesita cimientos adecuados, una vida espiritual duradera requiere un fundamento sólido en las verdades eternas.

Pensamiento clave: "La adversidad y el conflicto siempre sacarán a la luz lo que hemos estado contemplando y cuán profundos son los cimientos de nuestra vida."
Las tormentas de la vida no solo prueban nuestros cimientos, sino que revelan en qué realmente hemos estado confiando. La adversidad es el detector de mentiras de nuestra espiritualidad. Nuestras reacciones ante la adversidad son un barómetro espiritual que revela la naturaleza de los cimientos en áreas de nuestra vida.

3. Transformación de nuestra mente
La contemplación de Jesús no solo es un ejercicio espiritual, sino que tiene implicaciones neurológicas tangibles.

Pensamiento clave: "Contemplar a Cristo no solo transforma el alma; esculpe el cerebro. Cada meditación en Sus enseñanzas es un cincel que convierte la renovación de la mente en una realidad neurológica tangible."

La neuroplasticidad, la capacidad del cerebro para formar y reorganizar conexiones sinápticas, nos muestra que cada vez que ponemos en práctica una enseñanza de Jesús, estamos literalmente "recableando" nuestro cerebro. La repetición de acciones y pensamientos basados en las enseñanzas de Jesús facilita que nuestras respuestas sean consistentes con lo que profesamos creer.

"Contemplar a Jesús es construir: cada acto de obediencia es un ladrillo, cada pensamiento en Él, un cimiento. No solo observamos a Cristo; nos transformamos en Su reflejo, edificando una vida que resiste tormentas y resplandece con Su luz."

La contemplación de Jesús y sus enseñanzas nos proporciona un fundamento sólido que nos sostiene en todos los aspectos de nuestra vida. No se trata solo de adquirir conocimiento, sino de construir una vida capaz de resistir las tormentas, encontrar refugio en tiempos difíciles, alinear nuestros deseos más profundos con nuestras acciones, y someternos a la autoridad divina.

Pensamiento para meditar: "La mayor tragedia no es ser un incrédulo, sino ser un creyente que ha probado contemplar la miel de la eternidad en Cristo pero vive atrapado contemplando el pantano de lo temporal."