Una carta pastoral sobre nuestros proyectos de futuro

Querida familia Theopolis,

¿Alguna vez te has preguntado qué te motivaría a invertir en algo que quizás nunca verías completado? Es una pregunta que he estado reflexionando mucho últimamente, especialmente mientras contemplo el momento histórico en el que nos encontramos como comunidad.

En 1991, un grupo de visionarios no solo soñó con una iglesia en Mayagüez; arriesgaron todo por algo que trascendía sus propias vidas. Hoy, treinta y cuatro años después, tú y yo somos el fruto de la fe audaz de nuestros fundadores.

Permíteme comenzar con algo que me llena de profunda gratitud: el reporte financiero de estos primeros seis meses del año.

Quiero ofrecerte tres herramientas que nos ayudarán a comprender el momento histórico en el que nos encontramos:

Herramienta 1: La perspectiva del legado

Nuestras instalaciones actuales no aparecieron por arte de magia. Son el resultado directo de personas que tomaron decisiones contracultural es en 1991. Imagínate por un momento la conversación en esas reuniones de planificación: "¿Vamos a invertir en un edificio cuando ni siquiera sabemos si la iglesia crecerá?"

Esa es exactamente la misma pregunta que enfrentamos hoy, solo que desde el otro lado de la historia.

Herramienta 2: La realidad del Reino
Jesús constantemente hablaba de invertir en tesoros en el cielo, de sembrar para cosechas que otros disfrutarían. No es coincidencia que sus parábolas estén llenas de agricultores, constructores e inversionistas. El Reino opera con una lógica económica diferente: invertimos no para nuestro beneficio inmediato, sino para el impacto generacional.

Herramienta 3: La naturaleza de la multiplicación
Aquí está la verdad que cambia todo: no estamos mejorando un edificio; estamos construyendo una plataforma de multiplicación. Cada espacio que renovemos, cada sistema que mejoremos, cada facilidad que construyamos tiene un propósito específico en la economía del Reino.

¿Sabes qué me resulta fascinante? Los fundadores de Theopolis tomaron sus decisiones sin poder ver el fruto completo. Hoy, nosotros somos ese fruto. Y las decisiones que tomemos hoy determinarán el fruto que verán las generaciones futuras.

En los próximos meses, estaremos presentando proyectos específicos de mejoras a nuestras instalaciones. Pero quiero que los veas con claridad: estas no son mejoras cosméticas. Son inversiones estratégicas para:

• Multiplicar aprendices de Jesús a través de espacios diseñados intencionalmente para la formación espiritual
• Desarrollar líderes discipuladores mediante facilidades que potencien la capacitación y el mentoreo
• Facilitar nuevas expresiones de iglesia con recursos que permitan la expansión del Reino

Aquí está mi convicción personal: creo que Dios nos ha traído a este momento específico en la historia de Theopolis no por accidente, sino por propósito. Así como Ester fue puesta "para un tiempo como este", nosotros hemos sido colocados en esta generación de liderazgo con una responsabilidad específica.

La pregunta no es si tenemos los recursos suficientes. La pregunta es si tenemos la fe suficiente para creer que Dios puede usar nuestras decisiones para impactar generaciones que aún no han nacido.

¿Estás dispuesto a ser parte de esta historia de fe?

En las próximas semanas, compartiremos detalles específicos, costos proyectados y maneras concretas de participar. Pero por ahora, te invito a que ores, reflexiones y prepares tu corazón para lo que Dios quiere hacer a través de nosotros.

Recuerda: estamos construyendo el legado sobre el cual las futuras generaciones continuarán viendo "En Mayagüez como en el cielo".

Con expectativa desbordante,
Pastor Sammy

P.D. Albert B. Simpson, fundador de nuestra denominación, una vez dijo: "Un día del favor de Dios vale más que mil años de los esfuerzos humanos." Creo que estamos a punto de experimentar uno de esos días.