Cuando Dios Desafía Nuestras Categorías: Aprendiendo Flexibilidad Espiritual

Mensaje predicado por: Eliud S. Morales
Hay momentos en nuestro caminar cristiano cuando Dios nos confronta con algo que va totalmente en contra de lo que creíamos saber sobre Él. Para Pedro, ese momento llegó en una azotea en Jope, durante lo que parecía ser una tarde ordinaria de oración.
Un almuerzo que cambió la historia
Era mediodía. Pedro tenía hambre. Mientras preparaban la comida, cayó en éxtasis y tuvo una visión que desafiaría todo su sistema religioso: un lienzo lleno de animales que la ley judía consideraba impuros, y una voz que le decía "mata y come."
Su respuesta fue inmediata: "No, Señor. Jamás he comido algo impuro."
¿Notan la contradicción? Pedro llama "Señor" a la voz, pero le dice "no" en la misma oración. Es fascinante cómo a veces reconocemos la autoridad de Dios en teoría, pero la limitamos a lo que ya conocemos y nos resulta cómodo.
Su respuesta fue inmediata: "No, Señor. Jamás he comido algo impuro."
¿Notan la contradicción? Pedro llama "Señor" a la voz, pero le dice "no" en la misma oración. Es fascinante cómo a veces reconocemos la autoridad de Dios en teoría, pero la limitamos a lo que ya conocemos y nos resulta cómodo.
El ídolo del control disfrazado
Después de años de ministerio, he llegado a una conclusión incómoda: muchas veces confundimos la rigidez religiosa con la madurez espiritual. Yo soy una persona que ama las listas, los planes y las rutinas bien estructuradas. Mi calendario está codificado por colores y tengo sistemas para casi todo (excepto para limpiar la casa, si mi esposa está leyendo esto).
Durante años, equiparé esa disciplina con madurez espiritual. Hasta que Dios comenzó a desafiar algunas de mis "verdades" más arraigadas.
Pedro había construido su identidad espiritual alrededor de un sistema predecible de reglas que le daban sensación de control. Sabía exactamente qué comer, qué no comer, con quién asociarse. Su fe tenía fronteras claras, límites definidos, expectativas predecibles.
Pero la búsqueda obsesiva de estabilidad se había convertido en una barrera para caminar en el Espíritu.
Durante años, equiparé esa disciplina con madurez espiritual. Hasta que Dios comenzó a desafiar algunas de mis "verdades" más arraigadas.
Pedro había construido su identidad espiritual alrededor de un sistema predecible de reglas que le daban sensación de control. Sabía exactamente qué comer, qué no comer, con quién asociarse. Su fe tenía fronteras claras, límites definidos, expectativas predecibles.
Pero la búsqueda obsesiva de estabilidad se había convertido en una barrera para caminar en el Espíritu.
De ninguna manera, Señor"
La resistencia de Pedro revela algo que muchos experimentamos: hemos convertido nuestras tradiciones espirituales en muros que nos protegen de tener que depender momento a momento del Espíritu Santo.
He aprendido que no existe una disciplina espiritual más efectiva contra mi dependencia de la carne que poner en práctica el señorío de Cristo justo cuando las cosas que debo hacer van totalmente en contra de lo que me ha funcionado antes.
Es fácil llamar a Jesús "Señor" cuando nos pide que amemos a nuestra familia o ayudemos al necesitado. Esas cosas van con nuestros valores. Pero ¿qué pasa cuando nos pide que perdonemos a alguien que nos traicionó profundamente? ¿Cuando nos pide que soltemos esa relación tóxica o esa posición que hemos convertido en nuestra seguridad?
Ahí es donde se revela si Jesús es verdaderamente nuestro Señor o simplemente nuestro consultor espiritual.
He aprendido que no existe una disciplina espiritual más efectiva contra mi dependencia de la carne que poner en práctica el señorío de Cristo justo cuando las cosas que debo hacer van totalmente en contra de lo que me ha funcionado antes.
Es fácil llamar a Jesús "Señor" cuando nos pide que amemos a nuestra familia o ayudemos al necesitado. Esas cosas van con nuestros valores. Pero ¿qué pasa cuando nos pide que perdonemos a alguien que nos traicionó profundamente? ¿Cuando nos pide que soltemos esa relación tóxica o esa posición que hemos convertido en nuestra seguridad?
Ahí es donde se revela si Jesús es verdaderamente nuestro Señor o simplemente nuestro consultor espiritual.
Redefiniendo quién tiene la autoridad
La respuesta de Dios a Pedro fue contundente: "No llames algo impuro si Dios lo ha hecho limpio."
Esta frase lo cambia todo. Dios no estaba aboliendo la santidad; estaba redefiniendo quién tiene la autoridad para determinar qué es santo. Pedro había asumido que él tenía esa autoridad, elevando sus tradiciones interpretativas al nivel de la voz de Dios mismo.
En nuestro contexto puertorriqueño, ¿cuáles son esos "alimentos impuros" que nos impiden ver cómo Dios quiere obrar? ¿Será el joven con tatuajes que asumimos que "no es de los nuestros"? ¿La familia de clase social diferente que pensamos que "no encajaría"? ¿El político del partido contrario que descartamos automáticamente?
Estoy convencido de que "en Mayagüez como en el cielo" no se tratará de actividades y cambios superficiales, sino de la manifestación poderosa del Espíritu Santo. El mismo poder que levantó a Jesús de los muertos transformando nuestros corazones y comunidades.
Pero mientras sigamos aferrándonos a prejuicios sociales disfrazados de espiritualidad, seguiremos buscando cambios superficiales en lugar de transformaciones profundas.
Esta frase lo cambia todo. Dios no estaba aboliendo la santidad; estaba redefiniendo quién tiene la autoridad para determinar qué es santo. Pedro había asumido que él tenía esa autoridad, elevando sus tradiciones interpretativas al nivel de la voz de Dios mismo.
En nuestro contexto puertorriqueño, ¿cuáles son esos "alimentos impuros" que nos impiden ver cómo Dios quiere obrar? ¿Será el joven con tatuajes que asumimos que "no es de los nuestros"? ¿La familia de clase social diferente que pensamos que "no encajaría"? ¿El político del partido contrario que descartamos automáticamente?
Estoy convencido de que "en Mayagüez como en el cielo" no se tratará de actividades y cambios superficiales, sino de la manifestación poderosa del Espíritu Santo. El mismo poder que levantó a Jesús de los muertos transformando nuestros corazones y comunidades.
Pero mientras sigamos aferrándonos a prejuicios sociales disfrazados de espiritualidad, seguiremos buscando cambios superficiales en lugar de transformaciones profundas.
Dos tipos de fe: La clave para la flexibilidad
Para entender la verdadera flexibilidad espiritual, necesitamos distinguir entre dos aspectos cruciales de la fe:
La fe en Jesús es la confianza que depositamos en Cristo como Salvador y Señor. Es nuestra respuesta a Su obra redentora. Como cuando los discípulos, desesperados en la tormenta, despertaron a Jesús gritando "¡Señor, sálvanos!"
La fe de Jesús es la confianza inquebrantable que Jesús tenía en Su Padre, mostrada en Su vida y obediencia total. "No se haga mi voluntad, sino la tuya."
Muchos de nosotros estamos aquí porque pusimos en práctica la fe en Jesús para salvación. Sin embargo, he aprendido que para caminar en el Espíritu con flexibilidad es necesario que la fe en Jesús produzca en nosotros la fe de Jesús.
La fe en Jesús es la confianza que depositamos en Cristo como Salvador y Señor. Es nuestra respuesta a Su obra redentora. Como cuando los discípulos, desesperados en la tormenta, despertaron a Jesús gritando "¡Señor, sálvanos!"
La fe de Jesús es la confianza inquebrantable que Jesús tenía en Su Padre, mostrada en Su vida y obediencia total. "No se haga mi voluntad, sino la tuya."
Muchos de nosotros estamos aquí porque pusimos en práctica la fe en Jesús para salvación. Sin embargo, he aprendido que para caminar en el Espíritu con flexibilidad es necesario que la fe en Jesús produzca en nosotros la fe de Jesús.
Raíces profundas, ramas flexibles
Al concluir nuestra serie "Caminando en el Espíritu," la historia de Pedro me confronta con una verdad poderosa: caminar en el Espíritu requiere tanto raíces profundas como ramas flexibles, siguiendo el modelo perfecto de la fe de Jesús.
Como un árbol que se mantiene firme por sus raíces pero se dobla con el viento, nuestra vida espiritual debe estar profundamente arraigada en las verdades eternas de Dios, pero lo suficientemente flexible para moverse con Su viento fresco.
La rigidez religiosa nos convierte en árboles quebradizos que se rompen ante la primera tormenta de cambio. Pero la adaptabilidad espiritual, informada por la fe de Jesús, nos permite crecer y alcanzar nuevas alturas.
Como un árbol que se mantiene firme por sus raíces pero se dobla con el viento, nuestra vida espiritual debe estar profundamente arraigada en las verdades eternas de Dios, pero lo suficientemente flexible para moverse con Su viento fresco.
La rigidez religiosa nos convierte en árboles quebradizos que se rompen ante la primera tormenta de cambio. Pero la adaptabilidad espiritual, informada por la fe de Jesús, nos permite crecer y alcanzar nuevas alturas.
De esclavos a hijos
En su primera carta, Juan nos invita a saborear esta realidad: "Miren con cuánto amor nos ama nuestro Padre que nos llama sus hijos. Y eso somos."
Esta transformación de identidad—de esclavo a hijo—es el antídoto más poderoso contra la prisa enfermiza. Los esclavos viven apurados porque su valor depende de su producción. Los hijos viven desde el descanso porque su valor está asegurado en el amor del Padre.
¿Recuerdas la historia del pueblo de Israel en Egipto? Habían sido reducidos a máquinas de hacer y trabajar. No conocían vacaciones, feriados, o fines de semana. Y cuando Dios los libera, una de las primeras cosas que les enseña es a guardar el sábado—a detenerse.
Imagínate lo radical que debió ser eso. Después de 400 años de prisa constante, Dios les dice: "Paren. Descansen. Recuerden que ya no son esclavos—son mi pueblo."
Esta transformación de identidad—de esclavo a hijo—es el antídoto más poderoso contra la prisa enfermiza. Los esclavos viven apurados porque su valor depende de su producción. Los hijos viven desde el descanso porque su valor está asegurado en el amor del Padre.
¿Recuerdas la historia del pueblo de Israel en Egipto? Habían sido reducidos a máquinas de hacer y trabajar. No conocían vacaciones, feriados, o fines de semana. Y cuando Dios los libera, una de las primeras cosas que les enseña es a guardar el sábado—a detenerse.
Imagínate lo radical que debió ser eso. Después de 400 años de prisa constante, Dios les dice: "Paren. Descansen. Recuerden que ya no son esclavos—son mi pueblo."
El desafío personal
Termino con la misma pregunta que me ha confrontado durante esta serie: ¿En qué áreas de tu vida has permitido que la búsqueda de estabilidad se convierta en una barrera para caminar en el Espíritu?
Esta semana, te invito a identificar un "disturbio sagrado" - esa área donde el Espíritu Santo te está llamando a caminar con flexibilidad y ceder el control. Escribe tus "nunca he..." o "siempre he..." más arraigados y pregúntale al Espíritu Santo si son convicciones bíblicas o simplemente preferencias personales.
Al final, solo existen dos caminos: uno ancho donde puedes aferrarte al control de tu vida, y otro estrecho que requiere que te despojes de tu autosuficiencia, orgullo e inclinaciones pecaminosas.
Dos caminos. Dos destinos totalmente diferentes.
Como nos recordaba Albert B. Simpson, fundador de nuestra denominación: "Es Cristo, no el cristianismo; es una Persona, no un programa."
Que Dios nos ayude a distinguir entre lo que debe permanecer firme y lo que debe adaptarse. Que podamos ser árboles con raíces profundas en Su verdad y ramas flexibles que se mueven con Su Espíritu.
Esta semana, te invito a identificar un "disturbio sagrado" - esa área donde el Espíritu Santo te está llamando a caminar con flexibilidad y ceder el control. Escribe tus "nunca he..." o "siempre he..." más arraigados y pregúntale al Espíritu Santo si son convicciones bíblicas o simplemente preferencias personales.
Al final, solo existen dos caminos: uno ancho donde puedes aferrarte al control de tu vida, y otro estrecho que requiere que te despojes de tu autosuficiencia, orgullo e inclinaciones pecaminosas.
Dos caminos. Dos destinos totalmente diferentes.
Como nos recordaba Albert B. Simpson, fundador de nuestra denominación: "Es Cristo, no el cristianismo; es una Persona, no un programa."
Que Dios nos ayude a distinguir entre lo que debe permanecer firme y lo que debe adaptarse. Que podamos ser árboles con raíces profundas en Su verdad y ramas flexibles que se mueven con Su Espíritu.
¿Te identificas con la lucha de Pedro entre control y confianza? Nos encantaría conocer tu reflexión. Comparte en los comentarios cómo Dios te está desafiando a crecer en flexibilidad espiritual.
Escucha el mensaje predicado por Eliud S. Morales y descarga el app Iglesia Theopolis para obtener la guía de discusión de grupos pequeños en este >>> enlace<<<
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