34 Años Después: De Recibir Heridos a Enviar Sanados

Hace unos días celebramos 34 años de Iglesia Theopolis, pero más que celebrar el pasado, Dios nos desafió con el futuro. El mensaje fue claro: no podemos ser una iglesia de presencia si no somos una iglesia presente en la Gran Comisión.

Me impactó profundamente Mateo 28:17 - cuando los discípulos vieron a Jesús, "lo adoraron, pero algunos dudaban". Adoraban mientras dudaban. Jesús no esperó a que resolvieran sus crisis de fe para comisionarlos. Los envió tal como estaban: en proceso, con preguntas, pero dispuestos.

Esa es la belleza de Theopolis. Durante 34 años hemos sido ese monte de Galilea moderno donde puedes llegar con tus dudas, donde no necesitas fingir certeza perfecta para pertenecer.

Compartí una imagen que visualiza nuestro camino: una casa donde cada espacio representa una etapa del discipulado. Desde el patio (curiosidad inicial) hasta el cuarto de huéspedes (multiplicación), cada espacio tiene propósito.

El problema es que la mayoría nos detenemos en la cocina - sirviendo activamente pero evitando la transformación profunda. Nos mantenemos ocupados pero sin permitir que Dios limpie el interior de la taza.

Este  año (2025) ha sido el año de enfocarnos en esa limpieza interior. Es la etapa más desafiante porque requiere:

• Enfrentar sombras que hemos escondido
• Procesar heridas enterradas por años
• Exponer miedos, adicciones, orgullo, ídolos secretos

Todos evitamos esta etapa. Preferimos mantenernos productivos pero sin transformación real. Pero no hay verdadera madurez sin pasar por aquí.

Seamos honestos: estamos siendo discipulados 24/7 por el mundo. Las redes sociales nos enseñan comparación, la cultura nos entrena en consumerismo, el éxito nos predica autosuficiencia. ¿Y cuánto tiempo dedicamos a ser discipulados por Jesús?

Nuestras manos están tan llenas de basura (como diría Pablo) que no hay espacio para el tesoro del Reino.

Durante 34 años hemos sido hospital para almas heridas. No dejaremos de serlo. Pero Dios nos llama a añadir algo: ser centro de formación donde entrenamos y enviamos discípulos maduros.

Imaginen:

• Cientos experimentando el amor tangible de Jesús porque uno de ustedes obedeció el "vayan"
• Familias restauradas por el tiempo invertido en discipulado intencional
• Comunidades transformadas por presencia constante, no programas religiosos

¿Dónde estás en la casa? ¿Cuál es tu próximo paso?

• Si estás en el patio, acepta la invitación a entrar
• Si estás en el proceso duro del baño, no te rindas
• Si sientes el llamado a multiplicar, este es tu tiempo

La Gran Comisión no espera perfección. Como aquellos discípulos que adoraban mientras dudaban, Jesús te comisiona tal como eres. La pregunta es: ¿dirás que sí?

Hemos tenido la hermosa experiencia de vivir 34 años recibiendo heridos. Es tiempo de también enviar sanados.