Prevención de suicidio: ¿Qué puede hacer la iglesia?

Por Dra. Sheila Justiniano, Psicóloga Clínica

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Durante la celebración del pasado Día Mundial para la Prevención del Suicidio, ocurrió un evento triste y lamentable: un pastor de una iglesia en los Estados Unidos se suicidó. Las redes sociales comenzaron a compartir la noticia de algo que realmente conmocionaba. La muerte siempre impacta, pero la muerte de un hombre joven, líder y cristiano que muere por suicidio, parece ser desconcertante. La realidad es que muchas personas piensan que las ideas suicidas dentro de las iglesias no ocurren, pero la verdad es que no somos la excepción. Y aunque ese fuera el caso, toda persona debería estar preparado para servir de apoyo en esta área a cualquier persona que lo necesite, sea de la iglesia o no.

Si lo vemos de cerca, el suicidio es uno de los principales problemas de salud pública que se presenta en el mundo. Se conoce que globalmente mueren alrededor de 800,000 personas por suicidio cada año. En Puerto Rico, es la tercera causa de muerte violenta. En el 2018, las estadísticas indican que 243 personas murieron por suicidio en la Isla; sin embargo, se cree que las cifras pueden ser más altas porque muchas muertes se clasifican por otras causas cuando en realidad fueron muertes autoinfligidas. Estas estadísticas resultan más alarmantes al saber que por cada suicidio consumado, al menos hay 20 intentos. De manera que cuando vemos estas cifras deberíamos preguntarnos: ¿qué podemos hacer como individuos para prevenir el suicidio? ¿Qué puede hacer la iglesia?

Cuando vamos a la Palabra, el Señor Jesús nos habló de las normas de conducta y de amor que debemos de tener con nuestros hermanos. Jesús dijo que amáramos a nuestro prójimo como a nosotros mismos, y nos dio el ejemplo de un buen samaritano que tuvo compasión de una persona herida, al cuidarla y vendarle sus heridas (Lucas 10:29-37). De esa misma manera, nosotros podemos servir de apoyo para cuidar las heridas emocionales de otros. Se conoce que un factor importante para la prevención del suicidio es sentirse parte de un grupo y sentir apoyo. Así que estando prestos a escuchar y amar es una buena forma de fomentar el bienestar y el cuidado en los demás.

Los factores de riesgo suicida pueden ser muchos y variados. Los trastornos mentales, la soledad y las pérdidas son algunos de los principales factores que muchos identifican como precipitantes de sus ideas suicidas. Sin embargo, en la gran mayoría de los casos las personas pueden sentir una profunda desesperanza que puede provocar el sentimiento de que ya no hay salida. Usualmente, las personas que piensan en el suicidio realmente no anhelan morir, sino terminar con su sufrimiento emocional o existencial. Por tanto, cuando deciden intentarlo pueden sentir que es la única opción a su sufrimiento. Esto nos debe instar a nosotros como cristianos a ser portadores de la esperanza que tenemos en Cristo Jesús. Y aun cuando nos rodeamos de personas no creyentes o que están reacias a escuchar del Evangelio, podemos servir con amor dejándoles saber que sus vidas realmente nos importan. Las creencias espirituales y el buen apoyo sirven como factores protectores fuertes. Por eso es muy importante aportar a la prevención del suicidio aceptando e incluyendo a las personas en grupos donde se pueda tener una visión saludable de nuestra relación con Dios y nuestros hermanos.

Ahora bien, lo antes dicho es importante para fomentar las buenas relaciones que de alguna manera ayudan a la prevención de suicidio. Sin embargo, cuando una persona ya ha considerado la muerte o ha tenido intento es importante que tengamos conocimiento de qué podemos hacer para proteger su vida de forma inmediata. Revisemos primero algunas de las señales de riesgo del suicidio:

  • Expresiones sobre la muerte o el deseo de morir
  • Regalar objetos preciados o con valor emocional
  • Aislarse de amistades y familiares
  • Expresar emociones negativas intensas
  • Pérdida de interés en actividades y personas con las que antes disfrutaba
  • Expresar sentimientos de fracaso y desesperanza
  • Cambios drásticos en su personalidad
  • Sentimientos de culpa o tristeza

Las señales antes mencionadas no son las únicas, pero quizás son las más frecuentes. Aunque se cree que es posible que haya personas que se quiten la vida sin mostrar señales, se sabe que la mayoría sí presentan. Si somos capaces de acercarnos a otros y estar dispuestos a prestarles atención podríamos tener una idea de cómo se sienten emocionalmente. Algo importante que aclarar es que el que una persona muestre una o varias señales no quiere decir que esté pensando en suicidarse. La conducta suicida es muy compleja como para hacer ese señalamiento. Los signos de riesgo solamente nos dan idea de que una persona necesita ayuda. Y seamos claros, aunque una persona no esté pensando en quitarse la vida, si se siente triste o presenta otras de las señales antes mencionadas, quizás tú puedas ser un agente de ayuda para su sanidad emocional. Así que ante su preocupación de que alguien pueda estar presentando señales o simplemente observe que no se siente bien emocionalmente, le dejo a continuación algunos pasos que le pueden ayudar a intervenir.

Ante señales de idea o pensamientos de muerte:
  • Saque un tiempo y espacio para hablar con esa persona y muéstrele verdadero interés por ayudarle.
  • Busque un lugar seguro donde puedan conversar de forma confidencial.
  • Asegúrese de que en el lugar no haya medios letales cerca de la persona (medicamentos, químicos, armas de fuego, sogas, entre otros).
  • Hágale saber que desea ayudarlo, que estará ahí para lo que necesite.
  • Déjele que se desahogue y que hable lo que quiera. Escúchele con atención y empatía.
  • Pregúntele si ha pensado en quitarse la vida. Preguntarle no impondrá el pensamiento de hacerlo. Todo lo contrario, puede darle la libertad a la persona de hablar algo que quizás ha guardado por mucho tiempo.
  • Si la persona le indica que sí ha pensado en el suicidio, déjele hablar y trate de no mostrar sorpresa o juicio ante lo que le está diciendo. Indíquele que como te importa su bienestar, necesitas buscarle ayuda profesional y de alguien que se comprometa a cuidarle en ese momento. Si la persona ya recibe servicios de un psicólogo o psiquiatra, es importante llamar al profesional para que la atienda ese mismo día. De tener dudas en cuanto al proceso de buscar ayuda, puede llamar a la Línea PAS (dejaré el número al final de la publicación) quienes les indicarán qué hacer o a quién recurrir. JAMÁS DEJE A LA PERSONA SOLA. Si usted no es un familiar cercano, es importante contactarse con un familiar que se comprometa a cuidar y velar de esta persona. Si no hay ningún familiar de ayuda, usted u otra persona de apoyo y confianza puede servir de acompañante a recibir los servicios de salud mental. El profesional le indicará los pasos a seguir luego de la visita.
  • Si la persona con ideas suicidas es un menor de edad, es importante escuchar primero con detenimiento qué razones cree tener para morir. Si hay sospecha de abuso físico, mental o sexual en el núcleo familiar, debe llamar al Departamento de la Familia, quienes les indicarán las acciones a tomar. Si no hay sospecha de abuso, entonces llamar a los padres y comprometerlos a buscar ayuda profesional en ese preciso momento.
  • Recuerde solamente informar del caso a las personas necesarias para buscar el bienestar de la persona afectada. Jamás haga comentarios o sugerencias a otras personas sobre tal suceso.

Ante la amenaza de intento suicida en ese preciso momento, o si la persona acaba de intentar suicidarse, pero está viva:
  • En cuanto conozca de la situación, llame al 911 y explique la situación de emergencia.
  • No deje sola a la persona, a menos que su propia vida esté en peligro. En ese caso, debe retirarse y llamar a la Línea PAS para asistencia.  
  • Si no hay señal de peligro para usted, y la persona está amenazando con intentar quitarse la vida, quédese con la persona y pídale que posponga su idea y le permita ayudarle.
  • En caso de envenenamiento, llame al 911 y luego al Centro de Control de Envenenamiento para asistencia.
  • Si la persona no está herida y desiste de intentar quitarse la vida, siga los pasos en caso de ideación suicida.

Estos pasos son una guía general de lo que se puede hacer ante la ideación o intento suicida de una persona. Sin embargo, siempre ante la duda llame a la Línea PAS y ellos le orientarán sobre los pasos a seguir. También le dejaré al final el enlace del protocolo de la Comisión para la Prevención de Suicidio, quienes ofrecen mayor información respecto al tema.

Si usted está leyendo este artículo y ha considerado quitarse la vida, le insto a que posponga esa idea y nos dé la oportunidad de ayudarle. Le pido que recurra a los recursos de ayuda que hay disponibles cerca de usted y que busque a alguien de su confianza que le pueda servir de apoyo. Nosotros estamos más que disponibles para servirle en lo que necesite y así hacerle parte de todo lo hermoso que está sucediendo en nuestra iglesia. Queremos también decirle que hay esperanza en Cristo, quien te amó tanto hasta dar su vida por ti. ¡Así que no dudes en comunicarte con nosotros! También le dejo algunos recursos de ayuda que le pueden servir para asistencia profesional.

Recursos de Ayuda
  • Línea PAS (Primera Ayuda Sicosocial); disponible los 7 días a la semana, las 24 horas del día: 1-800-981-0023
  • Hospital Metropolitano Psiquiátrico de Cabo Rojo: 787-851-2025
  • Hospital San Juan Capestrano de Mayagüez: 787-265-2300, 787-265-2381
  • Red Nacional para la Prevención del Suicidio: 1-888-628-9454
  • Centro de Control de Envenenamiento: 1-800-222-1222
  • Departamento de la Familia: 1-800-981-8333

Para más información sobre el tema, puede consultar con la Comisión para la Prevención de Suicidio, quienes tienen un protocolo completo para la prevención e intervención de riesgo suicida: http://www.salud.gov.pr/Dept-de-Salud/Pages/Unidades-Operacionales/Comision-para-la-Prevencion-de-Suicidio.aspx
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